No se en tu ciudad, pero en Cancún durante estos últimos días el calor ha estado ¡ESPELUZNANTE! Y bueno… creo que es cuando uno agradece enormemente que existan en la actualidad aparatos como el aire acondicionado o los ventiladores que hacen que el clima sea mucho mas tolerable, pero te has puesto a pensar ¿Cómo le hacían antes?
Hoy en nuestro lunes de blog te voy a platicar algunos datos curiosos acerca de los sistemas de climatización que se han usado en nuestro planeta antes de que existieran los que conocemos el día de hoy…
Cuenta la leyenda… Y lo digo así porque, por lo descabellado que suena, cuesta trabajo pensar que sea verdad, pero… dicen, que uno de los primeros seres humanos en disfrutar de un sistema de climatización muy pero muy rudimentario fue alguno de los faraones egipcios, se dice que su palacio estaba hecho de grandes bloques de piedra sobrepuestos y que todas las noches, miles de esclavos eran obligados desmantelarlo y a cargar las grandes lozas hasta el desierto del Sahara. Como el clima de la zona es muy extremoso y durante las noches la temperatura desciende considerablemente, las piedras se enfriaban mucho y justo antes de que amaneciera eran transportadas y reubicadas para volver a armar el palacio que se mantenía fresco casi todo el día, se supone que el faraón disfrutaba de temperaturas de aproximadamente 26° C mientras afuera la temperatura era casi del doble… y claro, además como todo buen faraón tenía esclavos que se dedicaban solo a abanicarlo para que estuviera ¡aún más fresco!
Otra versión, seguramente mucho más creíble, habla de que ellos ya se habían percatado del proceso de enfriamiento por evaporación, por lo que, colgaban juncos u hojas de palma empapados de agua en sus ventanas para que, cuando soplara el aire, el agua fría se evaporara de los juncos y enfriara sus habitaciones, esto mismo se repite con algunas variaciones de plantas, paños o telas en distintas civilizaciones antiguas y en otras más modernas.
¿Sabías que en algunos palacios del Imperio Musulmán las paredes estaban llenas de vegetación que se rociaban de agua continuamente para que la evaporación hiciera que se enfriara el ambiente? Es el mismo principio que en el ejemplo anterior solo que con otra variante que incluso podemos ver hasta nuestros días con los famosos “muros verdes” o “techos verdes” ¿Te suena familiar o has escuchado hablar de ellos?
¿Y qué les parece si le digo que incluso al día de hoy, en algunas zonas rurales de Irán, todavía se sigue utilizado el mismo sistema de aire acondicionado que usaban los persas en el 400 a.C.? Hablamos de los captadores de viento o torres de viento.
Las torres de viento son estructuras altas, similares a chimeneas, que sobresalen de los techos y que consiguen bajar la temperatura del interior hasta en 10º. Aunque los hay hexagonales y octogonales, la mayoría de estos captadores de viento son de forma rectangular, con entradas en cada uno de los cuatro lados para atrapar el viento sople de donde sople. Y su mecanismo es muy sencillo: se “captura” el viento fresco en lo alto de la torre y se dirige hacia abajo a través de las ranuras estrechas y verticales, y empuja el aire caliente que hay dentro de los edificios hacia arriba y hacia afuera a través de una abertura en el lado opuesto del receptor de viento. Incluso en ausencia de una brisa, los captadores de viento funcionan como chimeneas solares, creando un gradiente de presión que empuja el aire caliente hacia arriba y hacia afuera a través de la torre, dejando el interior de la casa más fresco que el exterior.
Desde Mesopotamia a los romanos había una cierta obsesión con la nieve y el hielo para combatir el calor, elementos que sólo se hallaban en las altas cumbres y que eran difíciles de conservar en los valles donde se asentaban las grandes civilizaciones. Aun así, uno de los inventos más populares en la historia de la climatización fue la casa o pozo de nieve. En el imperio romano era un negocio muy común el comercio de nieve, que se extraía con burros por la noche de las zonas de alta montaña (el volcán Etna, los Alpes o Sierra Nevada en España).
Las familias adineradas siempre tenían un pozo de nieve en los patios traseros, mientras que las clases medias se conformaban comprando el hielo a quien dispusiese de esta estructura. Estas casas de hielo alcanzaron un grado notable de tecnología, eran cubiertas por aserrín y disponían de desagües para aprovechar también el agua fría y refrigerar la casa (los romanos eran dados también a utilizar sistemas de acueductos dentro de las paredes de las casas para mantener el frescor).
El fenómeno de las casas de hielo se extendió por toda Europa y llegó hasta bien entrado el siglo XX. De hecho, en España aún quedan algunos ejemplos de esta arquitectura tradicional. Una muy conocida y bien conservada es la casa de nieve del Valle de Cuelgamuros, que almacenaba nieve durante el año en una fría cabaña con pozo para abastecer de este lujo refrescante al monasterio de El Escorial.
Si analizamos este lado del mundo, nuestras culturas prehispánicas, también tenían métodos muy efectivos para hacer que sus casas no fueran tan calientes. El uso del adobe en la construcción, los techos realizados con hojas de palma o bejuco, la altura, la forma y tamaño de las habitaciones y ventanas y los tipos de piedras utilizados tenían propiedades térmicas y hacía de las construcciones, espacios muy confortables tanto en climas fríos como durante los meses más calurosos del año.
¿Es evidente que el calor nunca nos ha gustado mucho verdad? Bueno… a menos claro que estemos cómodamente acostados en un camastro contemplando una linda playa y disfrutando de una bebida refrescante… ¡en ese caso si nos agrada que haga calorcito! Pero en nuestra vida cotidiana agradecemos este gran invento, que se atribuye al estadounidense Willis Haviland Carrier quien, en el año de 1902, diseñó el primer sistema de aire acondicionado moderno, lanzando así al mercado un aparato que mejoraría de forma radical nuestra forma de vivir.
Si bien es cierto que aún en los tiempos actuales el aire acondicionado es considerado un lujo por muchos, si podemos decir que se ha hecho cada vez mas accesible para la gran mayoría. Actualmente existen en el mercado un sinfín de marcas, modelos y tipos de equipos de distintas capacidades y precios, que día a día proporcionan confort a nuestros espacios habitacionales, recreativos y de trabajo.
¡No puede faltar nuestro comercial! Y es por eso que como siempre te recuerdo que en SICASA, contamos con un experto equipo de asesores que podrán ayudarte en la compra del equipo de aire acondicionado más adecuado a tus necesidades. ¡Si te gustaron estos datos curiosos compártelos con tu familia y amigos!
SICASA. Pasión por la innovación y sustentabilidad en instalaciones.
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